jueves, 9 de agosto de 2007

¡Qué basuras!

Los problemas ambientales que se sufren día a día no están ligados a un solo factor como la basura, sino que también lo están con las políticas de estado de los gobiernos de turno. Tanto el gobierno estadounidense como el de otras potencias imperialistas se aprovechan de los países en desarrollo y los contaminan depositando sus deshechos en nuestras tierras y mares.

La falta de interés de nuestros dirigentes en Argentina nos condena a sufrir males evitables. Si no se quisiera contaminar, habría que invertir (cosa que a estos gobiernos no parece importarles). Teniendo en cuenta eso y que la lógica del mercado es producir al máximo a menos costo, las empresas no quieren invertir por tecnologías que no contaminen.


En nuestro país, al promover la exportación, se lleva a cabo una explotación indiscriminada de los recursos naturales que derivan en la erosión de los suelos, la salinización, el anegamiento, la desertificación, la deforestación e inundaciones. A esto también debe sumársele la contaminación del agua por la basura de cada casa, las cloacas y las industrias, todos desperdicios arrojados a los ríos sin ningún tipo de tratamiento.


Sin embargo, los planes de ensuciar nuestras tierras se ven cada vez más difíciles para las potencias. La movilización del pueblo ha logrado detener grandes emprendimientos contaminantes. Hoy en día, la lucha ambiental ha tomado fuerza como nunca antes, porque no estamos dispuestos a seguir padeciendo la contaminación. Así lo demuestran las peleas sin tregua de la gente contra las empresas y los gobiernos en los casos de Gualeguaychú, Famatina y Brandsen.


Gualeguaychú


En territorio uruguayo iban a instalarse a orillas del Río Uruguay dos papeleras. Sin embargo, la lucha del pueblo entrerriano hizo que Ence se fuese. A Botnia también se le complicó la cosa. Pero también al gobierno de Néstor Kirchner, que si bien no se expresó nunca a favor de las papeleras, tampoco tomó medidas serias para que no se instalen. Pero fue Gualeguaychú quien dijo “¡No a las papeleras!” y se unió para defender al río. Ya hacen tres años que están en la ruta haciendo cortes sin dudar de sus objetivos. Ahora que la noticia se escucha en todas las casas, la mayoría del país apoya esta lucha. El gobierno provincial ya no le vende más madera a Uruguay y se intenta que la ley sea a escala nacional, pero Kirchner hace oídos sordos e intenta no nombrar el tema. Esta no es una lucha provincial sino nacional, frente a la agresión imperialista de los monopolios que se roban nuestros recursos llevándose ganancias y dejándonos contaminación, miseria y muerte.

Famatina


Este cerro riojano pone al descubierto la política minera del gobierno kirchnerista, una política devastadora y entreguista que se nota en los acuerdos que firma con las empresas. En la provincia de La Rioja, la empresa Barrick Gold quiere continuar con lo que empezó en San Juan: extraer oro con cianuro a cielo abierto. Ahora en La Rioja los vecinos formaron una asamblea para impedir que toquen el Famatina, denunciando los beneficios que tienen las empresas a costa del robo de nuestros recursos. El Congreso Mundial de Minería de Canadá denominó a Argentina como “la niña mimada” por sus leyes mineras entreguistas. La asamblea realizó encuentros, cortes de ruta y movilizaciones protagonizadas por el pueblo riojano y organizaciones ambientales.


Brandsen


En enero de este año, un corte de ruta volvió a mostrar los problemas ambientales que sufrimos. Los vecinos de Brandsen y la Multisectorial de La Plata tomaron en sus manos la lucha. El gobierno quiso instalar un relleno sanitario del CEAMSE para 3 millones y medio de toneladas de basura. La policía respondió con represión al corte. Después que se supiera públicamente esta protesta, se sumaron otras localidades como González Catán, a las que también las quisieron transformar en enormes depósitos de basura. Esta basura está en manos privadas, ya que fue cedida por el Estado. El Gran Buenos Aires se encuentra hoy totalmente desbordado de residuos, napas contaminadas, y su gente enferma. Todo este terrible problema se resolvería con obras públicas como plantas de tratamiento de residuos, redes de cloacas y agua potable.